Es importante distinguir entre estos tres conceptos: Malabsorción, intolerancia y alergia alimentaria. Estas tres entidades pueden cursar con síntomas similares, pero se trata de afecciones que difieren considerablemente entre sí.
- Causas de la malabsorción.
Normalmente, los alimentos se digieren y los nutrientes que componen los alimentos (proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales) se absorben al torrente sanguíneo, principalmente en el intestino delgado. –
Hay que decir que un síndrome de mala absorción intestinal lo tiene que diagnosticar un médico internista o de digestivo, con una analítica previa para ver los déficits, así como análisis de heces, pero también y no menos importante el estudio nutricional, para conseguir diagnosticar la causa de la mala absorción alimentaria.
La malabsorción puede ocurrir si hay un trastorno
- Interfiere en la digestión de los alimentos
- Interfiere en la absorción de los nutrientes
La digestión de los alimentos puede verse afectada teniendo problemas digestivos como:
- Una producción insuficiente de enzimas digestivas
- Disminución de la producción de bilis
- Demasiado ácido gástrico
- Crecimiento del tipo equivocado de bacterias en el intestino delgado
- Trastornos que impiden una mezcla adecuada de los alimentos con las enzimas digestivas y el ácido gástrico
Por ejemplo, una causa frecuente de malabsorción es la insuficiente producción de enzimas digestivas por parte del páncreas, lo que ocurre en algunas enfermedades pancreáticas, o por el intestino delgado, lo que ocurre cuando hay deficiencia de lactasa.
El síndrome de malabsorción puede ser asintomático o pasar desapercibido en las fases iniciales del mismo. En muchas ocasiones los primeros síntomas son los de la propia enfermedad o alteración causante del síndrome de malabsorción. Las manifestaciones más frecuentes del síndrome de malabsorción son síntomas inespecíficos como:
- Diarrea
- Distensión abdominal
- Meteorismo
- Malnutrición
- Pérdida de peso
- Astenia
En otras ocasiones, los síntomas varían en función del tipo de nutriente que no puede ser absorbido:
- Malabsorción de hidratos de carbono: provoca diarrea crónica, meteorismo y distensión abdominal.
- Malabsorción de grasas: provoca heces voluminosas y malolientes, déficit de absorción de vitaminas liposolubles como vitamina K (su déficit favorece el sangrado), vitamina A (su déficit produce alteraciones de las mucosas, dermatitis), vitamina D (su déficit provoca raquitismo, debilidad ósea) o vitamina E (su déficit produce alteraciones de las mucosas, alteraciones visuales)
- Malabsorción de proteínas: provoca pérdida de peso, pérdida de masa muscular, ascitis, edemas, ruptura de membranas celulares y pérdida de sus funciones.
- Malabsorción de vitamina B12: su déficit provoca anemia o alteraciones neurológicas.
Si nos ocurre estos síntomas y hay una prueba diagnóstica que corrobore la mala absorción ejemplo lactosa, sorbitol, fructosa etc., debemos seguir una alimentación funcional adaptada a cada persona según sus necesidades fisiológicas, gustos y preferencias y adaptadas a la mala absorción que tenga.
- La intolerancia alimentaria tiene lugar cuando algún alimento o componente alimentario, no se puede digerir bien.
En este tipo de alteración no se ve afectado el sistema inmunológico (las defensas, para entendernos).
Los síntomas propios de una intolerancia alimentaria incluyen:
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- Dolor de cabeza.
- Nerviosismo.
- Nauseas.
- Gases.
- Malestar abdominal con retortijones.
- Irritabilidad.
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- En una alergia alimentaria sí interviene el sistema inmune.
Este sistema entiende que alguno de los componentes del alimento es dañino para persona, y a partir de ahí se desencadena todo el proceso propio de una reacción alérgica.Una alergia puede tener graves consecuencias, algunas bastante más graves que en los 2 casos anteriores. Es decir, puede producirse un shock anafiláctico con todos sus síntomas.
- Urticaria (enrojecimiento y picores en la piel).
- Bajada de tensión arterial.
- Vómitos.
- Tos.
- Ronquera.
- Dificultades respiratorias.
En todos los casos debe haber unas pruebas diagnosticas previas para confirmar cada caso y debe aplicarse el tratamiento medico y nutricional adecuado para la mejora del paciente. La alimentación en los tres casos es fundamental la personalización.